Deserción, ‘fantasma’ en la universidad
LA NACION, Neiva
28. febrero 2009
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Mientras las secretarías de Educación siguen preocupadas por la creciente ausencia de estudiantes en los colegios públicos de Neiva y Huila, el fenómeno no es menor en las universidades. En la Universidad Surcolombiana, las directivas revelan un aumento de las matrículas, pero los estudiantes y profesores denuncian que entre el tercer y sexto semestre, la deserción es alarmante.
Equipo AnálisisLa deserción estudiantil en colegios privados y públicos, así como de las distintas universidades de Latinoamérica y el país, es un fenómeno reiterativo y el cual tiene en alerta roja a las autoridades competentes como Ministerio de Educación, secretarías del mismo orden, facultades, jefes de programa y docentes de los distintos centros académicos y de investigación, que han percibido esta situación como un problema de grandes dimensiones.Para hacer un panorama de lo delicado del asunto, es importante observar la deserción que se presenta en Chile de 53.7%, donde los detonantes principales son la carencia de efectivo, bajas expectativas para encontrar empleo en la profesión que estudiaron, y poco interés de los estudiantes por dar continuidad a sus procesos de formación. En Argentina es del 40%; Brasil del 59%: Bolivia con un 73.3%, seguido de Uruguay con un 72%, y el más alarmante es Guatemala con un 82%. México presenta un 53% y Colombia con un preocupante y creciente 49%, se ubica entre los diez países con mayor deserción de estudiantes universitarios de Latinoamérica. Esta problemática se acrecienta por diversos factores, entre los que se cuentan el contexto socioeconómico de los estudiantes, rigurosidad en el componente académico y aspectos personales de los educandos y la oferta institucional, motivos identificados gracias a distintos estudios realizados por varios centros de investigación. Y el Huila no es ajeno a este fenómeno, tanto en los centros educativos de primaria y secundaria, así como en las distintas universidades de la región de orden privado y público, en los cuales los niveles de deserción están establecidos en un 40% en lo público y 45% en lo privado. Ya en el contexto departamental, los detonantes señalados por expertos y profesores de la Universidad Surcolombiana apuntan a que los aspectos relacionados con la deserción son la desmotivación de los estudiantes para emprender un proceso de formación profesional en carreras que toman cinco años y en su gran mayoría no les permite realizar una segunda actividad para ayudarse en el sostenimiento de sus estudios y el de ellos mismos. También los problemas socioeconómicos bastante marcados en la población de universitarios que en gran número pertenecen a estratos bajos, así como el estado de desorientación con el cual ingresan los estudiantes con respecto al perfil que desean desarrollar en la universidad. A lo anterior se suma la urgente necesidad de trabajar para ayudar en la economía de la familia, los altos costos que implican los procesos de formación profesional, aunque en la universidad pública sean más bajos que en la privada, los altos puntajes que exigen las universidades para el ingreso a la academia, entre otros.Problema a la carreraSegún la investigación realizada por el profesor Pablo Emilio Bahamón Cerquera, ‘Deserción Estudiantil Universitaria, una Experiencia Investigativa’, los factores más relevantes que influyen en la deserción estudiantil son el socioeconómico, con aspectos como el desempleo, bajos ingresos económicos, desintegración hogareña, falta de apoyo de la familia, cruce de horarios con el trabajo de algunos estudiante, estado civil, nivel educativo de los padres y de las personas que tienen a su cargo. Otros están relacionados con el componente académico, pues según el profesor Bahamón Cerquera, se agudiza por la desorientación profesional de los estudiantes que ingresan a la universidad, así como la elección equivocada de la carrera a seguir por los mismos, bajo rendimiento académico, malos hábitos de estudio, falta de actitud perseverante en los procesos, desconocimiento de los alcances del trabajo académico. También incide la falta de flexibilidad curricular y algunas prácticas pedagógicas inadecuadas, como la existencia de programas ‘obsoletos’. Y finalmente, los aspectos institucionales: “el uso indebido de la planta física y de los recursos tecnológicos por parte de las directivas de la universidad, así como las deficiencias administrativas en el trámite oportuno de las solicitudes de los estudiantes y la falta de estrategias efectivas para combatir la deserción en la Usco”, señala el investigador. El último elemento que agrava este panorama es la situación personal, donde entran en juego los problemas cognitivos y emocionales de los estudiantes, la no adaptación a la vida universitaria, así como la insatisfacción académica, porque no la encuentran interesante o de mala calidad, dificultades de salud, expectativas insatisfechas y el golpe por el distanciamiento, en muchos casos, de los educandos de sus padres que viven en otras regiones. El índice de deserción en la Universidad Surcolombiana no se ha establecido claramente, pero es evidente que este fenómeno en el alma mater de los huilenses se estima en un 43% y de acuerdo con los datos estadísticos que arrojó el estudio realizado por el programa de Educación Física, las áreas que más presentan deserción son Ingeniería Agrícola (65%), Educación Artística (60%), y Ciencias Naturales (55%), cifras que alarman notablemente al cuerpo docente de la Usco. No obstante, se observa claramente que existen carreras donde la deserción no es tan notoria como Medicina, Enfermería e Ingeniería de Petróleos, porque los estudiantes entran con mucho esfuerzo personal, son consideradas prosperas y con perspectivas considerables para mejorar la calidad de vida de los futuros profesionales. La deserción se presenta con porcentajes altos en los programas de Lengua Castellana, Contaduría, Ingeniería Electrónica, Empresas, Educación Física, Lenguas Modernas, Psicología, Derecho, Pedagogía Infantil y Comunicación Social y Periodismo.Estimular a universitariosFrente a este panorama, Bienestar Universitario de la Usco, en cabeza de Bernarda Martínez Gamboa, considera que se puede estar viviendo deserción en algunos programas de la universidad, pero resalta que no es tan significativa como se presenta en la investigación consultada. Y pone de manifiesto que la oficina a su cargo desarrolla una serie de estímulos que buscan la permanencia en la institución de los jóvenes de pregrado como la estrategia de permitirles la posibilidad de matricularse a final del semestre para que puedan gestionar los recursos del pago de la misma. Adicionalmente, se están fortaleciendo los subsidios de alimentación, adquisición de medicamentos, realización de actividades deportivas, culturales y artísticas, descuentos en matrículas, pago por cuotas de la misma, apoyo integral a los estudiantes. Sostiene la jefe de Bienestar que existe un presupuesto para el apoyo a los estudiantes de 1.658 millones de pesos anuales e indica que la deserción en gran medida es ocasionada por un problema cultural de los estudiantes, pues se ha identificado que nunca están satisfechos con lo realizado y porque muchas veces ni los mismos universitarios saben si lo que están estudiando es lo que buscaban para su futuro. Oscar Zúñiga, funcionario de la Secretaría General de la Universidad Surcolombiana, complementa la afirmación, en el sentido que para el 2009 se incrementó el apoyo alimentario a los estudiantes. Según Zúñiga, en los últimos cinco años se evidencia un significativo crecimiento en las matrículas, dejando ver que la Usco está cumpliendo con la oferta que demanda el departamento para la formación profesional de los huilenses, específicamente en la población estudiantil de los estratos uno, dos y tres. Revela como en el primer semestre del 2004 se matricularon 5.400 y en el segundo 6.049; en el 2005 ingresaron en enero 6.281 y en julio 6.554; en el 2006 se reportó al inicio 6.86. Entre tanto, para 2007 fueron 7.148 en el primer semestre y 7.035 en el segundo; en el 2008 se arrancó con 7.283 estudiantes nuevos y en el segundo período fueron 7.338, que según la lectura de la estadística muestra un crecimiento sostenido. Las cifras del primer semestre del 2009 están siendo consolidadas, por lo cual todavía no se han revelado.Señala que de 2004 a 2005 los estratos que más se matriculaban eran los del cuatro, pero después la situación se invierte y los estratos uno y dos son los que más llegan a la Universidad Surcolombiana. Explica esta situación al revelar que en 2004 los estudiantes de estrato uno matriculados fueron 892 y de estrato tres, 2.119; en el 2006, 1.016 de estrato uno y de estrato tres fueron 2.009 y la curva cambia, pues en el 2007 los estudiantes pertenecientes al estrato uno creció significativamente a 3.664 y el estrato tres sólo alcanzó la cifra de 1.836. En 2008, 1.556 del estrato uno y del tres únicamente 1.507. Aclara que los ejemplos son alusivos a los primeros períodos de cada año en mención. Comenta que no se niega la existencia de la deserción en la Universidad, pero las estadísticas de matrículas demuestran que hay sostenibilidad con un modesto crecimiento en la ponderación del ingreso y permanencia en la Usco.Replantear la estrategia Álvaro Medina, director de Planeación de la Universidad Surcolombiana, expresa que aunque sí se percibe deserción al interior de la Usco, se tiene que revisar exhaustivamente los resultados de las distintas investigaciones y replantear la estrategia para enfrentar la problemática. Al hacer un comparativo con la deserción en la universidad privada, ya que en ésta los costos se convierten en un obstáculo para la gente de escasos recursos, pues “mientras en la Surcolombiana se paga de matrícula $300 mil, en la privada no se baja de 2 millones de pesos”.Alude que uno de los factores podría ser la falta de formación de los estudiantes desde los primeros años de escolaridad en como afrontar los diversos procesos académicos, desde la primaria, secundaria y la educación superior. Señala que los jóvenes llegan con un alto grado de desorientación frente al proyecto de formación profesional para su futuro y que son muchos los estudiantes que se matriculan en cualquier carrera con la esperanza de más adelante pasar a Medicina, Derecho o alguna Ingeniería, pero según el funcionario, muy pocas veces se logra y finalmente terminan retirándose de la universidad. Dentro de las estrategias que planeación y la institución vienen estudiando e implementando están aumentar la cobertura alimenticia para los estudiantes de estratos 1 y 2; acompañamiento al estudiante en su proceso de formación, fortalecer la planta física de la universidad, aumentar la cobertura de bienestar, consolidar acciones de apoyo por parte de las alcaldías para que asuman los costos de las matrículas de los estudiantes de los estratos más necesitados y con mejores Icfes y del mismo modo, acordar con los municipios de Garzón, Pitalito y La Plata para que se apoye el transporte de los estudiantes.Acciones más contundentesJuan Manuel Ortiz, integrante del Consejo Estudiantil, manifiesta que hace falta un proceso de acompañamiento a los alumnos por parte de la universidad, pero principalmente por parte de Bienestar y considera que hace falta estrategias y la ejecución de proyectos contundentes para el apoyo de los universitarios. “En este momento estamos preocupados por la situación critica que viven 80 compañeros de diferentes programas que a la fecha no han logrado la consecución de los recursos para pagar la matrícula”, comenta el representante estudiantil. Expresa que las directivas de la universidad creen que es suficiente ampliar los plazos para los pagos de las matrículas en tiempos que evidentemente no alcanza a los jóvenes de estratos bajos para lograr el dinero.“Si la matrícula mínima está por los 300 mil pesos y la dividen en tres cuotas, pero la primera oscila entre los $130 mil y $150 mil y tiene que pagarla al otro día de la liquidación, ya es un problema para los estudiantes, pues los compañeros no tienen para pagar esa obligación y desde allí comienzan las dificultades y motivaciones para retirarse y rendirse, porque los profesores no los dejan asistir a clase, ya que el reglamento interno lo prohíbe y hasta les puede generar sanciones delicadas a los docentes”, explica el dirigente estudiantil.Argumenta que las cifras que presenta Secretaría General son estadísticas que no dejan ver la verdadera problemática de la deserción, porque sólo se muestran las matrículas de los primeros semestres que por “lógica se da en gran número porque los estudiantes recién salidos del bachillerato desean ingresar a la universidad, pero la deserción se presenta en cantidades alarmantes a partir del tercero al sexto semestre”. “La universidad piensa que porque hay un numero considerable de matrículas, la Usco está cumpliendo con la región, pero como lo que hay que ver es el proceso de los estudiantes y la forma de apoyarlos cuando se cuelguen y tratar de establecer cuales son los motivos, pero aquí no pasa eso”, señala. Al mismo tiempo, plantea que una estrategia necesaria sería establecer políticas claras que busquen justicia y equidad en todos los procesos de la universidad y estratificar con precisión a todos los estudiantes, que brindaría a los jóvenes de los estratos bajos una oportunidad real de acceder a la universidad y lo mas importante, permitiendo su continuidad en la misma. Considera pertinente mejorar los recursos tecnológicos con que cuenta la Usco, así como la planta física, es decir salones, escenarios deportivos y de esparcimiento, fundamentales para el buen desarrollo de las competencias de los estudiantes.Problema no se puede negar“En la Universidad Surcolombiana sí existe deserción y no se puede negar”, dice Hernando Gutiérrez, presidente de la Asociación de Profesores Universitarios. “La Secretaría General se está guiando por las estadísticas de las matrículas pero no nos podemos quedar allí, porque el proceso de deserción se presenta alarmantemente entre los semestres tercero y sexto, allí es donde se ve el grueso de la problemática”, sostiene el docente Gutiérrez.Señala el maestro del Programa de Matemáticas que entre los factores más comunes está la difícil situación económica de los estudiantes y la de sus familias. “La carencia de recursos le impide a los estudiantes mantenerse en su proceso de formación universitaria por las complicaciones económicas que vive el país”, considera. Para el representante de Aspu, otro aspecto que empuja a la deserción es la falta de estímulos y las pocas perspectivas hacia el futuro para los estudiantes que son conscientes, gracias a los ejemplos que le ofrece la vida y la experiencia de compañeros y amigos, quienes después de haberse formado profesionalmente, hoy se ganan un sueldo de 700 mil pesos, situación que para los alumnos en formación es decepcionante y desmotivador.“La responsabilidad de este fenómeno nos concierne a todos, principalmente a los entes gubernamentales, que deben establecer políticas de fortalecimiento a los procesos de los estudiantes con programas de acompañamiento, reforzamiento en el personal docente, con algunas becas, crear condiciones para garantizar la continuidad de los estudiantes, hacer participe a la empresa privada , a los gremios, al gobiernos, a las ONGs, a los sindicatos para que ejerzan presión y se inyecten los recursos que la educación de los futuros profesionales requiere pero sobre todo trabajar por la permanencia en la universidad. Más cuando se entiende que los estudiantes son el potencial que le permite el crecimiento y desarrollo de la región”, concluye Hernando Gutiérrez.“A diferencia de lo que acontece en otras universidades del país, aquí no hay cubrimiento del cien por ciento del subsidio de alimentación. En la Usco no hay una sostenibilidad en los estudios socioeconómicos de los estudiantes. De otro lado no hay políticas sociales reales de las condiciones de vida de los alumnos”, sostiene Wilmar Vargas, estudiante universitario. “En la Universidad Surcolombiana se ven estudiantes registrados como pertenecientes a estratos cero, uno y dos, cuando es evidente que pertenecen a los estratos 4, 5 y 6, despojando de la posibilidad de ingreso y sostenibilidad a los más necesitados de los auxilios que la universidad debe brindar a las poblaciones más pobres”, manifiesta Wilmar Vargas al denunciar que en la Usco se están cobrando servicios que no se están prestando como el de internet.
LA NACION, Neiva
28. febrero 2009
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Mientras las secretarías de Educación siguen preocupadas por la creciente ausencia de estudiantes en los colegios públicos de Neiva y Huila, el fenómeno no es menor en las universidades. En la Universidad Surcolombiana, las directivas revelan un aumento de las matrículas, pero los estudiantes y profesores denuncian que entre el tercer y sexto semestre, la deserción es alarmante.
Equipo AnálisisLa deserción estudiantil en colegios privados y públicos, así como de las distintas universidades de Latinoamérica y el país, es un fenómeno reiterativo y el cual tiene en alerta roja a las autoridades competentes como Ministerio de Educación, secretarías del mismo orden, facultades, jefes de programa y docentes de los distintos centros académicos y de investigación, que han percibido esta situación como un problema de grandes dimensiones.Para hacer un panorama de lo delicado del asunto, es importante observar la deserción que se presenta en Chile de 53.7%, donde los detonantes principales son la carencia de efectivo, bajas expectativas para encontrar empleo en la profesión que estudiaron, y poco interés de los estudiantes por dar continuidad a sus procesos de formación. En Argentina es del 40%; Brasil del 59%: Bolivia con un 73.3%, seguido de Uruguay con un 72%, y el más alarmante es Guatemala con un 82%. México presenta un 53% y Colombia con un preocupante y creciente 49%, se ubica entre los diez países con mayor deserción de estudiantes universitarios de Latinoamérica. Esta problemática se acrecienta por diversos factores, entre los que se cuentan el contexto socioeconómico de los estudiantes, rigurosidad en el componente académico y aspectos personales de los educandos y la oferta institucional, motivos identificados gracias a distintos estudios realizados por varios centros de investigación. Y el Huila no es ajeno a este fenómeno, tanto en los centros educativos de primaria y secundaria, así como en las distintas universidades de la región de orden privado y público, en los cuales los niveles de deserción están establecidos en un 40% en lo público y 45% en lo privado. Ya en el contexto departamental, los detonantes señalados por expertos y profesores de la Universidad Surcolombiana apuntan a que los aspectos relacionados con la deserción son la desmotivación de los estudiantes para emprender un proceso de formación profesional en carreras que toman cinco años y en su gran mayoría no les permite realizar una segunda actividad para ayudarse en el sostenimiento de sus estudios y el de ellos mismos. También los problemas socioeconómicos bastante marcados en la población de universitarios que en gran número pertenecen a estratos bajos, así como el estado de desorientación con el cual ingresan los estudiantes con respecto al perfil que desean desarrollar en la universidad. A lo anterior se suma la urgente necesidad de trabajar para ayudar en la economía de la familia, los altos costos que implican los procesos de formación profesional, aunque en la universidad pública sean más bajos que en la privada, los altos puntajes que exigen las universidades para el ingreso a la academia, entre otros.Problema a la carreraSegún la investigación realizada por el profesor Pablo Emilio Bahamón Cerquera, ‘Deserción Estudiantil Universitaria, una Experiencia Investigativa’, los factores más relevantes que influyen en la deserción estudiantil son el socioeconómico, con aspectos como el desempleo, bajos ingresos económicos, desintegración hogareña, falta de apoyo de la familia, cruce de horarios con el trabajo de algunos estudiante, estado civil, nivel educativo de los padres y de las personas que tienen a su cargo. Otros están relacionados con el componente académico, pues según el profesor Bahamón Cerquera, se agudiza por la desorientación profesional de los estudiantes que ingresan a la universidad, así como la elección equivocada de la carrera a seguir por los mismos, bajo rendimiento académico, malos hábitos de estudio, falta de actitud perseverante en los procesos, desconocimiento de los alcances del trabajo académico. También incide la falta de flexibilidad curricular y algunas prácticas pedagógicas inadecuadas, como la existencia de programas ‘obsoletos’. Y finalmente, los aspectos institucionales: “el uso indebido de la planta física y de los recursos tecnológicos por parte de las directivas de la universidad, así como las deficiencias administrativas en el trámite oportuno de las solicitudes de los estudiantes y la falta de estrategias efectivas para combatir la deserción en la Usco”, señala el investigador. El último elemento que agrava este panorama es la situación personal, donde entran en juego los problemas cognitivos y emocionales de los estudiantes, la no adaptación a la vida universitaria, así como la insatisfacción académica, porque no la encuentran interesante o de mala calidad, dificultades de salud, expectativas insatisfechas y el golpe por el distanciamiento, en muchos casos, de los educandos de sus padres que viven en otras regiones. El índice de deserción en la Universidad Surcolombiana no se ha establecido claramente, pero es evidente que este fenómeno en el alma mater de los huilenses se estima en un 43% y de acuerdo con los datos estadísticos que arrojó el estudio realizado por el programa de Educación Física, las áreas que más presentan deserción son Ingeniería Agrícola (65%), Educación Artística (60%), y Ciencias Naturales (55%), cifras que alarman notablemente al cuerpo docente de la Usco. No obstante, se observa claramente que existen carreras donde la deserción no es tan notoria como Medicina, Enfermería e Ingeniería de Petróleos, porque los estudiantes entran con mucho esfuerzo personal, son consideradas prosperas y con perspectivas considerables para mejorar la calidad de vida de los futuros profesionales. La deserción se presenta con porcentajes altos en los programas de Lengua Castellana, Contaduría, Ingeniería Electrónica, Empresas, Educación Física, Lenguas Modernas, Psicología, Derecho, Pedagogía Infantil y Comunicación Social y Periodismo.Estimular a universitariosFrente a este panorama, Bienestar Universitario de la Usco, en cabeza de Bernarda Martínez Gamboa, considera que se puede estar viviendo deserción en algunos programas de la universidad, pero resalta que no es tan significativa como se presenta en la investigación consultada. Y pone de manifiesto que la oficina a su cargo desarrolla una serie de estímulos que buscan la permanencia en la institución de los jóvenes de pregrado como la estrategia de permitirles la posibilidad de matricularse a final del semestre para que puedan gestionar los recursos del pago de la misma. Adicionalmente, se están fortaleciendo los subsidios de alimentación, adquisición de medicamentos, realización de actividades deportivas, culturales y artísticas, descuentos en matrículas, pago por cuotas de la misma, apoyo integral a los estudiantes. Sostiene la jefe de Bienestar que existe un presupuesto para el apoyo a los estudiantes de 1.658 millones de pesos anuales e indica que la deserción en gran medida es ocasionada por un problema cultural de los estudiantes, pues se ha identificado que nunca están satisfechos con lo realizado y porque muchas veces ni los mismos universitarios saben si lo que están estudiando es lo que buscaban para su futuro. Oscar Zúñiga, funcionario de la Secretaría General de la Universidad Surcolombiana, complementa la afirmación, en el sentido que para el 2009 se incrementó el apoyo alimentario a los estudiantes. Según Zúñiga, en los últimos cinco años se evidencia un significativo crecimiento en las matrículas, dejando ver que la Usco está cumpliendo con la oferta que demanda el departamento para la formación profesional de los huilenses, específicamente en la población estudiantil de los estratos uno, dos y tres. Revela como en el primer semestre del 2004 se matricularon 5.400 y en el segundo 6.049; en el 2005 ingresaron en enero 6.281 y en julio 6.554; en el 2006 se reportó al inicio 6.86. Entre tanto, para 2007 fueron 7.148 en el primer semestre y 7.035 en el segundo; en el 2008 se arrancó con 7.283 estudiantes nuevos y en el segundo período fueron 7.338, que según la lectura de la estadística muestra un crecimiento sostenido. Las cifras del primer semestre del 2009 están siendo consolidadas, por lo cual todavía no se han revelado.Señala que de 2004 a 2005 los estratos que más se matriculaban eran los del cuatro, pero después la situación se invierte y los estratos uno y dos son los que más llegan a la Universidad Surcolombiana. Explica esta situación al revelar que en 2004 los estudiantes de estrato uno matriculados fueron 892 y de estrato tres, 2.119; en el 2006, 1.016 de estrato uno y de estrato tres fueron 2.009 y la curva cambia, pues en el 2007 los estudiantes pertenecientes al estrato uno creció significativamente a 3.664 y el estrato tres sólo alcanzó la cifra de 1.836. En 2008, 1.556 del estrato uno y del tres únicamente 1.507. Aclara que los ejemplos son alusivos a los primeros períodos de cada año en mención. Comenta que no se niega la existencia de la deserción en la Universidad, pero las estadísticas de matrículas demuestran que hay sostenibilidad con un modesto crecimiento en la ponderación del ingreso y permanencia en la Usco.Replantear la estrategia Álvaro Medina, director de Planeación de la Universidad Surcolombiana, expresa que aunque sí se percibe deserción al interior de la Usco, se tiene que revisar exhaustivamente los resultados de las distintas investigaciones y replantear la estrategia para enfrentar la problemática. Al hacer un comparativo con la deserción en la universidad privada, ya que en ésta los costos se convierten en un obstáculo para la gente de escasos recursos, pues “mientras en la Surcolombiana se paga de matrícula $300 mil, en la privada no se baja de 2 millones de pesos”.Alude que uno de los factores podría ser la falta de formación de los estudiantes desde los primeros años de escolaridad en como afrontar los diversos procesos académicos, desde la primaria, secundaria y la educación superior. Señala que los jóvenes llegan con un alto grado de desorientación frente al proyecto de formación profesional para su futuro y que son muchos los estudiantes que se matriculan en cualquier carrera con la esperanza de más adelante pasar a Medicina, Derecho o alguna Ingeniería, pero según el funcionario, muy pocas veces se logra y finalmente terminan retirándose de la universidad. Dentro de las estrategias que planeación y la institución vienen estudiando e implementando están aumentar la cobertura alimenticia para los estudiantes de estratos 1 y 2; acompañamiento al estudiante en su proceso de formación, fortalecer la planta física de la universidad, aumentar la cobertura de bienestar, consolidar acciones de apoyo por parte de las alcaldías para que asuman los costos de las matrículas de los estudiantes de los estratos más necesitados y con mejores Icfes y del mismo modo, acordar con los municipios de Garzón, Pitalito y La Plata para que se apoye el transporte de los estudiantes.Acciones más contundentesJuan Manuel Ortiz, integrante del Consejo Estudiantil, manifiesta que hace falta un proceso de acompañamiento a los alumnos por parte de la universidad, pero principalmente por parte de Bienestar y considera que hace falta estrategias y la ejecución de proyectos contundentes para el apoyo de los universitarios. “En este momento estamos preocupados por la situación critica que viven 80 compañeros de diferentes programas que a la fecha no han logrado la consecución de los recursos para pagar la matrícula”, comenta el representante estudiantil. Expresa que las directivas de la universidad creen que es suficiente ampliar los plazos para los pagos de las matrículas en tiempos que evidentemente no alcanza a los jóvenes de estratos bajos para lograr el dinero.“Si la matrícula mínima está por los 300 mil pesos y la dividen en tres cuotas, pero la primera oscila entre los $130 mil y $150 mil y tiene que pagarla al otro día de la liquidación, ya es un problema para los estudiantes, pues los compañeros no tienen para pagar esa obligación y desde allí comienzan las dificultades y motivaciones para retirarse y rendirse, porque los profesores no los dejan asistir a clase, ya que el reglamento interno lo prohíbe y hasta les puede generar sanciones delicadas a los docentes”, explica el dirigente estudiantil.Argumenta que las cifras que presenta Secretaría General son estadísticas que no dejan ver la verdadera problemática de la deserción, porque sólo se muestran las matrículas de los primeros semestres que por “lógica se da en gran número porque los estudiantes recién salidos del bachillerato desean ingresar a la universidad, pero la deserción se presenta en cantidades alarmantes a partir del tercero al sexto semestre”. “La universidad piensa que porque hay un numero considerable de matrículas, la Usco está cumpliendo con la región, pero como lo que hay que ver es el proceso de los estudiantes y la forma de apoyarlos cuando se cuelguen y tratar de establecer cuales son los motivos, pero aquí no pasa eso”, señala. Al mismo tiempo, plantea que una estrategia necesaria sería establecer políticas claras que busquen justicia y equidad en todos los procesos de la universidad y estratificar con precisión a todos los estudiantes, que brindaría a los jóvenes de los estratos bajos una oportunidad real de acceder a la universidad y lo mas importante, permitiendo su continuidad en la misma. Considera pertinente mejorar los recursos tecnológicos con que cuenta la Usco, así como la planta física, es decir salones, escenarios deportivos y de esparcimiento, fundamentales para el buen desarrollo de las competencias de los estudiantes.Problema no se puede negar“En la Universidad Surcolombiana sí existe deserción y no se puede negar”, dice Hernando Gutiérrez, presidente de la Asociación de Profesores Universitarios. “La Secretaría General se está guiando por las estadísticas de las matrículas pero no nos podemos quedar allí, porque el proceso de deserción se presenta alarmantemente entre los semestres tercero y sexto, allí es donde se ve el grueso de la problemática”, sostiene el docente Gutiérrez.Señala el maestro del Programa de Matemáticas que entre los factores más comunes está la difícil situación económica de los estudiantes y la de sus familias. “La carencia de recursos le impide a los estudiantes mantenerse en su proceso de formación universitaria por las complicaciones económicas que vive el país”, considera. Para el representante de Aspu, otro aspecto que empuja a la deserción es la falta de estímulos y las pocas perspectivas hacia el futuro para los estudiantes que son conscientes, gracias a los ejemplos que le ofrece la vida y la experiencia de compañeros y amigos, quienes después de haberse formado profesionalmente, hoy se ganan un sueldo de 700 mil pesos, situación que para los alumnos en formación es decepcionante y desmotivador.“La responsabilidad de este fenómeno nos concierne a todos, principalmente a los entes gubernamentales, que deben establecer políticas de fortalecimiento a los procesos de los estudiantes con programas de acompañamiento, reforzamiento en el personal docente, con algunas becas, crear condiciones para garantizar la continuidad de los estudiantes, hacer participe a la empresa privada , a los gremios, al gobiernos, a las ONGs, a los sindicatos para que ejerzan presión y se inyecten los recursos que la educación de los futuros profesionales requiere pero sobre todo trabajar por la permanencia en la universidad. Más cuando se entiende que los estudiantes son el potencial que le permite el crecimiento y desarrollo de la región”, concluye Hernando Gutiérrez.“A diferencia de lo que acontece en otras universidades del país, aquí no hay cubrimiento del cien por ciento del subsidio de alimentación. En la Usco no hay una sostenibilidad en los estudios socioeconómicos de los estudiantes. De otro lado no hay políticas sociales reales de las condiciones de vida de los alumnos”, sostiene Wilmar Vargas, estudiante universitario. “En la Universidad Surcolombiana se ven estudiantes registrados como pertenecientes a estratos cero, uno y dos, cuando es evidente que pertenecen a los estratos 4, 5 y 6, despojando de la posibilidad de ingreso y sostenibilidad a los más necesitados de los auxilios que la universidad debe brindar a las poblaciones más pobres”, manifiesta Wilmar Vargas al denunciar que en la Usco se están cobrando servicios que no se están prestando como el de internet.